Con estas palabras se ha dirigido el alcalde, Javier Navarro, al religioso y poeta de Campo de Criptana que, muy emocionado y agradecido, ha recibido la distinción, rodeado de familiares y amigos de sus pueblos de origen y adopción, en un acto celebrado en el Auditorio López Torres
El alcalde de Tomelloso, Javier Navarro, ha entregado hoy el título de Hijo Adoptivo de Tomelloso al religioso y poeta Valentín Arteaga Sánchez-Guijaldo, natural de Campo de Criptana, que durante los años 80 ejerció el sacerdocio en la localidad, donde también fue profesor de religión, en una de sus más fructíferas etapas como poeta y escritor. Un título que el pleno municipal acordó otorgarle, a propuesta de la alcaldía y por unanimidad, el pasado mes de septiembre. Navarro le ha entregado la distinción en un solemne y emotivo acto celebrado en el Auditorio López Torres, en el que representantes de las corporaciones municipales de Tomelloso y Campo de Criptana, amigos y familiares han arropado al homenajeado.
“Nos sentimos muy orgullosos”, ha dicho el alcalde, “de ti, de tu trayectoria, de tu entrega, de tu relación íntima y secreta con la calles y las plazas de Tomelloso, con su gente, con su cultura y su literatura, con tu amor por su pintura y su arte, por la luz y la claridad con la que siempre miras su otoño, por tu fe en ella, por tu querencia a seguir aquí”. Hoy ha afirmado Navarro, “Tomelloso te acoge y te recoge, te abraza, pero sobre todo te da las gracias por ser un buen hijo suyo”.
El alcalde, que ha recordado algunos de los versos escritos por el poeta, ha destacado “la historia de amor” que Valentín Arteaga mantiene con Tomelloso, ciudad que le ha “elegido”. Solo desde ese amor, ha dicho, se puede escribir de un pueblo “con la fuerza y el torrente” con los que lo hace el homenajeado, “que no puede ocultar su profunda querencia” por las calles por las que tanto paseó, que inspiraron bellísimos poemas “y que pertenecen a la Madre Tomelloso”, porque “también Tomelloso quiso ser tu madre para meterse en tu alma de hombre-niño”, ha afirmado.
Durante su intervención, Navarro ha hecho también referencia a la faceta de Valentín Arteaga como profesor, afirmando que ha sido “rastreador de faros”, esos que le ayudaron a iluminar “el difícil camino del magisterio” que ejerció con tantos alumnos de Tomelloso. Una luz que ha ejercido en la vida del religioso, ha asegurado el alcalde, “una influencia capaz de producir poemas de una extraordinaria belleza”.
También se ha referido el alcalde a la relación de Valentín Arteaga con el escritor tomellosero Eladio Cabañero, “hermanados por la palabra, por los caminos de Tomelloso a Criptana, por los caminos de la poesía del alma a la de la amistad, esa que se forma con sinceridad, honestidad y fe, esta que no se sabe que se tiene hasta que se ve cuando se escribe”.
El conocimiento “ancho y sincero que reside en este lugar sin esquinas, cuyo particular lenguaje y forma de ver la vida”, ha dicho también “sedujo y atrapó” a Valentín Arteaga, hasta el punto de transformarle “de manera camaleónica” en “un tomellosero más”. Ahí, ha recalcado, “te atrapó madre Tomelloso” y en ese momento “fue donde el pueblo se convirtió en la madre que hoy te adopta”.
Con el tono afable y cercano que le caracterizan y su don para la palabra, ha agradecido Valentín Arteaga “la muestra de generosidad” que, ha dicho, “se os ha ocurrido tener con este humilde viajero de tantos y tan diversos lugares de la tierra, peregrino, o trotamundos si se prefiere, que tuvo el privilegio de llegar un día a solespones a este lugar de La Mancha ha ya más de cuarenta años”. Desde aquél instante mismo de poner el pie en Tomelloso, ha afirmado, “me sentí hijo adoptivo suyo, no pregunten por qué”.
Valentín Arteaga ha hecho una oda a la “entrañable y hermosa” palabra “adopción”. Una palabra “cobijadora” y “envolvente”, “llena hasta sus bordes de ternura” y que además “calienta y orienta como el sol recién amanecido en la anchura de esta tierra nuestra tan singular”. Adoptar, ha dicho, es “acoger a una persona, recibirla cariñosamente, hacerla de casa ofreciéndole una amable sonrisa y una palabra cordial” y, a la vez, “señalarle una mesa, arrimarle una silla y, como en mi caso, ofrecerle unos bolígrafos y algunos folios viejos”, casi seguro “para dedicarle un poema de devoción a la Virgen de las Viñas” o una “canción de réquiem a aquella inmaculada muchacha, reina de las fiestas y ferias de Tomelloso que fue catequista en la Sagrada Familia”.
El homenajeado ha halagado a Tomelloso, “muy dado a crear motivos de recuerdos para guardar y agradecer con los años” y a sus gentes. Ha tenido además palabras de agradecimiento para las corporaciones municipales de Tomelloso y Campo de Criptana y ha recordado a los sacerdotes de la parroquia “de la plaza”, D. Manuel Ordóñez y los hermanos Leopoldo y Don Tomás; al grupo Aleceia de jóvenes de la iglesia de la Sagrada Familia. También sus colaboraciones en El Periódico El Común de la Mancha y a su director, “mi excelente editor y sin embargo amigo”, Jaime Quevedo Soubriet. Ha dado así mismo las gracias “por haber podido vivir el gozo de trabajar” en la causa de canonización de Ismael de Tomelloso junto a Blas Camacho Zancada, reconocido hace unos días con el título de Hijo Predilecto de la ciudad.
Y se ha referido a sus “dos pueblos”: Campo de Criptana, la villa cervantina de los molinos, “desde cuyo Cerro de la Paz se vislumbran los límites últimos de toda la tierra”, y Tomelloso, “el lugar en donde se precisa sacar de quicio la fantasía y tener imaginación suficiente para estar persuadidos de que un día nos salvará la convivencia y la capacidad de acogida”.
En el acto, conducido por la concejala de Cultura, Inés Losa, se ha proyectado un vídeo con testimonios de personas cercanas a Valentín Arteaga que le han felicitado por la distinción y el homenaje , entre ellos, la viuda de Blas Camacho Zancada; la periodista Isabel Lozano; las poetas Pilar Serrano, Natividad Cepeda y Antonia Cortés; la que fuera directora de la Biblioteca Muncipal de Tomelloso, Rocío Torres; el prologuista de su último libro; el alcalde de Campo de Criptana, Santiago Lázaro y el ex alcalde de esa localidad, Santiago Lucas-Torres; la mantenedora de la última Fiesta de las Letras, Carmen Guaita y el periodista Jaime Quevedo Soubriet, además de amigos y allegados Tomelloso Campo de Criptana
Han asistido al evento, entre otros, concejales de los ayuntamientos de Tomelloso y Campo de Criptana; Javier Lozano, ex alcalde de Tomelloso; el poeta Dionisio Cañas, recién nombrado Hijo Predilecto de Tomelloso; la directora de la Biblioteca Municipal, Carmen María Labrador y el sacerdote Santiago Rodrigo.
La nota musical la han puesto Marieli Blanco (piano), Claudia Simón (clarinete) y Raúl Grande (violonchelo). El himno de Tomelloso ha puesto el broce a al acto.
Con estas palabras se ha dirigido el alcalde, Javier Navarro, al religioso y poeta de Campo de Criptana que, muy emocionado y agradecido, ha recibido la distinción, rodeado de familiares y amigos de sus pueblos de origen y adopción, en un acto celebrado en el Auditorio López Torres
El alcalde de Tomelloso, Javier Navarro, ha entregado hoy el título de Hijo Adoptivo de Tomelloso al religioso y poeta Valentín Arteaga Sánchez-Guijaldo, natural de Campo de Criptana, que durante los años 80 ejerció el sacerdocio en la localidad, donde también fue profesor de religión, en una de sus más fructíferas etapas como poeta y escritor. Un título que el pleno municipal acordó otorgarle, a propuesta de la alcaldía y por unanimidad, el pasado mes de septiembre. Navarro le ha entregado la distinción en un solemne y emotivo acto celebrado en el Auditorio López Torres, en el que representantes de las corporaciones municipales de Tomelloso y Campo de Criptana, amigos y familiares han arropado al homenajeado.
“Nos sentimos muy orgullosos”, ha dicho el alcalde, “de ti, de tu trayectoria, de tu entrega, de tu relación íntima y secreta con la calles y las plazas de Tomelloso, con su gente, con su cultura y su literatura, con tu amor por su pintura y su arte, por la luz y la claridad con la que siempre miras su otoño, por tu fe en ella, por tu querencia a seguir aquí”. Hoy ha afirmado Navarro, “Tomelloso te acoge y te recoge, te abraza, pero sobre todo te da las gracias por ser un buen hijo suyo”.
El alcalde, que ha recordado algunos de los versos escritos por el poeta, ha destacado “la historia de amor” que Valentín Arteaga mantiene con Tomelloso, ciudad que le ha “elegido”. Solo desde ese amor, ha dicho, se puede escribir de un pueblo “con la fuerza y el torrente” con los que lo hace el homenajeado, “que no puede ocultar su profunda querencia” por las calles por las que tanto paseó, que inspiraron bellísimos poemas “y que pertenecen a la Madre Tomelloso”, porque “también Tomelloso quiso ser tu madre para meterse en tu alma de hombre-niño”, ha afirmado.
Durante su intervención, Navarro ha hecho también referencia a la faceta de Valentín Arteaga como profesor, afirmando que ha sido “rastreador de faros”, esos que le ayudaron a iluminar “el difícil camino del magisterio” que ejerció con tantos alumnos de Tomelloso. Una luz que ha ejercido en la vida del religioso, ha asegurado el alcalde, “una influencia capaz de producir poemas de una extraordinaria belleza”.
También se ha referido el alcalde a la relación de Valentín Arteaga con el escritor tomellosero Eladio Cabañero, “hermanados por la palabra, por los caminos de Tomelloso a Criptana, por los caminos de la poesía del alma a la de la amistad, esa que se forma con sinceridad, honestidad y fe, esta que no se sabe que se tiene hasta que se ve cuando se escribe”.
El conocimiento “ancho y sincero que reside en este lugar sin esquinas, cuyo particular lenguaje y forma de ver la vida”, ha dicho también “sedujo y atrapó” a Valentín Arteaga, hasta el punto de transformarle “de manera camaleónica” en “un tomellosero más”. Ahí, ha recalcado, “te atrapó madre Tomelloso” y en ese momento “fue donde el pueblo se convirtió en la madre que hoy te adopta”.
Con el tono afable y cercano que le caracterizan y su don para la palabra, ha agradecido Valentín Arteaga “la muestra de generosidad” que, ha dicho, “se os ha ocurrido tener con este humilde viajero de tantos y tan diversos lugares de la tierra, peregrino, o trotamundos si se prefiere, que tuvo el privilegio de llegar un día a solespones a este lugar de La Mancha ha ya más de cuarenta años”. Desde aquél instante mismo de poner el pie en Tomelloso, ha afirmado, “me sentí hijo adoptivo suyo, no pregunten por qué”.
Valentín Arteaga ha hecho una oda a la “entrañable y hermosa” palabra “adopción”. Una palabra “cobijadora” y “envolvente”, “llena hasta sus bordes de ternura” y que además “calienta y orienta como el sol recién amanecido en la anchura de esta tierra nuestra tan singular”. Adoptar, ha dicho, es “acoger a una persona, recibirla cariñosamente, hacerla de casa ofreciéndole una amable sonrisa y una palabra cordial” y, a la vez, “señalarle una mesa, arrimarle una silla y, como en mi caso, ofrecerle unos bolígrafos y algunos folios viejos”, casi seguro “para dedicarle un poema de devoción a la Virgen de las Viñas” o una “canción de réquiem a aquella inmaculada muchacha, reina de las fiestas y ferias de Tomelloso que fue catequista en la Sagrada Familia”.
El homenajeado ha halagado a Tomelloso, “muy dado a crear motivos de recuerdos para guardar y agradecer con los años” y a sus gentes. Ha tenido además palabras de agradecimiento para las corporaciones municipales de Tomelloso y Campo de Criptana y ha recordado a los sacerdotes de la parroquia “de la plaza”, D. Manuel Ordóñez y los hermanos Leopoldo y Don Tomás; al grupo Aleceia de jóvenes de la iglesia de la Sagrada Familia. También sus colaboraciones en El Periódico El Común de la Mancha y a su director, “mi excelente editor y sin embargo amigo”, Jaime Quevedo Soubriet. Ha dado así mismo las gracias “por haber podido vivir el gozo de trabajar” en la causa de canonización de Ismael de Tomelloso junto a Blas Camacho Zancada, reconocido hace unos días con el título de Hijo Predilecto de la ciudad.
Y se ha referido a sus “dos pueblos”: Campo de Criptana, la villa cervantina de los molinos, “desde cuyo Cerro de la Paz se vislumbran los límites últimos de toda la tierra”, y Tomelloso, “el lugar en donde se precisa sacar de quicio la fantasía y tener imaginación suficiente para estar persuadidos de que un día nos salvará la convivencia y la capacidad de acogida”.
En el acto, conducido por la concejala de Cultura, Inés Losa, se ha proyectado un vídeo con testimonios de personas cercanas a Valentín Arteaga que le han felicitado por la distinción y el homenaje , entre ellos, la viuda de Blas Camacho Zancada; la periodista Isabel Lozano; las poetas Pilar Serrano, Natividad Cepeda y Antonia Cortés; la que fuera directora de la Biblioteca Muncipal de Tomelloso, Rocío Torres; el prologuista de su último libro; el alcalde de Campo de Criptana, Santiago Lázaro y el ex alcalde de esa localidad, Santiago Lucas-Torres; la mantenedora de la última Fiesta de las Letras, Carmen Guaita y el periodista Jaime Quevedo Soubriet, además de amigos y allegados Tomelloso Campo de Criptana
Han asistido al evento, entre otros, concejales de los ayuntamientos de Tomelloso y Campo de Criptana; Javier Lozano, ex alcalde de Tomelloso; el poeta Dionisio Cañas, recién nombrado Hijo Predilecto de Tomelloso; la directora de la Biblioteca Municipal, Carmen María Labrador y el sacerdote Santiago Rodrigo.
La nota musical la han puesto Marieli Blanco (piano), Claudia Simón (clarinete) y Raúl Grande (violonchelo). El himno de Tomelloso ha puesto el broce a al acto.